4 - UNIDAD - LAS EMOCIONES
Las emociones tienen un componente de experiencia
interna y un componente de manifestación externa
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Las
emociones resultan de la actividad del sistema nervioso, al igual que los
movimientos voluntarios. Las emociones proporcionan el “color” al
comportamiento, y son necesarias para la supervivencia del individuo, por
ejemplo la rabia o la agresividad permite al sujeto enfrentarse con un enemigo,
o si el sistema nervioso juzga que el enemigo es demasiado peligroso sustituye
la rabia por miedo para que se pueda escapar de él.
La emoción tiene dos componentes: uno es la sensación subjetiva que
sentimos en nuestro interior. El otro componente es la manifestación externa de
la emoción. A veces es posible separar los dos componentes, por ejemplo, un
actor puede simular todas las manifestaciones de una emoción sin realmente
sentirla. Eso indica que estos dos aspectos de
la emoción pueden residir en regiones separadas del
sistema nervioso.
Las emociones de
miedo o rabia se originan en la amígdala cerebral
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Primeramente,
el sistema nervioso debe determinar cuál es la emoción adecuada en cada caso.
Esto lo realiza, al menos en parte, una estructura llamada amígdala cerebral.
La corteza cerebral envía una copia de la información sensorial que recibe a la
amígdala, y esta decide si el estímulo es amenazador, y si se debe responder a
él con agresividad o miedo. Los animales que tienen lesionada la amígdala
cerebral se vuelven mansos porque pierden toda la agresividad, y tampoco son
capaces de mostrar miedo ante estímulos que normalmente les asustarían. Parece
que en la amígdala se originan las emociones del miedo y la furia, pero no las
emociones agradables, como la alegría o la felicidad. En dónde se originan
estas no se conoce.

Una vez que la amígdala ha decidido que el estímulo
requiere una respuesta de miedo o rabia, envía señales a otros lugares del
cerebro para poner en marcha los distintos componentes de estas emociones. Por
un lado, envía señales a la corteza cerebral para desencadenar la emoción subjetiva
interna, y por otro lado desencadena la expresión externa de la misma.
Supongamos que vamos por una calle de noche y vemos una sombra detrás de una
esquina. Inmediatamente se acelera el corazón, la respiración se convierte en
un jadeo, y un sudor frío nos cubre la piel. El vello se eriza y se nos pone la
“carne de gallina” y sentimos un nudo en el estómago. Si lo consideramos
detenidamente, muchos de estos cambios resultan lógicos para enfrentarse a una
amenaza: el aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria permite aportar
más oxígeno a los músculos, en el caso de que haya que hacer un esfuerzo, como
salir corriendo. El sudor permite eliminar el exceso de calor que se producirá
con ese esfuerzo. La piloerección o erizamiento del pelo no tiene mucha
utilidad en humanos, pero en animales con pelaje tupido les hace parecer más
grandes, lo que puede atemorizar a un posible enemigo.
En
el interior del cerebro, lo que ha sucedido es que la corteza visual ha enviado
la imagen de la sombra a la amígdala, esta ha decidido que representa una
posible amenaza, y a su vez ha enviado la orden al hipotálamo para que ponga en
marcha todo el sistema de emergencia ante un peligro.
¿Sabía
que...?
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EL DETECTOR DE MENTIRAS
El llamado “detector de mentiras” o “máquina de la verdad” se basa en
detectar algunos de los cambios fisiológicos que acompañan a los cambios
emocionales. La ansiedad aumenta la perspiración en la piel, eso deposita
sales en la misma y aumenta su conductividad eléctrica, que se mide haciendo
pasar una corriente entre dos electrodos colocados sobre la piel. La ansiedad
también aumenta la frecuencia de la respiración, esta se mide con una banda
colocada alrededor del tórax, y la frecuencia cardiaca, que puede medirse
registrando el pulso en un dedo. Se supone que cuando el sujeto miente se
produce ansiedad, que se reflejará en cambios en las variables registradas.
Hay
que tener en cuenta que el detector no mide realmente la “verdad” o
“mentira”, sino los cambios fisiológicos que acompañan a las emociones. Un
sujeto con un alto grado de autocontrol puede conseguir suprimir sus
emociones aunque esté mintiendo, y al contrario, un sujeto puede sufrir
ansiedad solo por el hecho de ser interrogado, aunque diga la verdad. Se
admite que el detector es más fiable en los negativos que en los positivos,
es decir, si el detector indica que el sujeto está diciendo la verdad es muy
probable que así sea, en cambio, si indica que miente es mucho menos seguro.
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El
sistema nervioso tiene una sección especial dedicada al control de las
vísceras, como el corazón, el aparato digestivo, etc. Se pensaba que esta
sección funcionaba de manera separada del resto del sistema nervioso, por eso
se le llamó sistema nervioso autónomo. Hoy sabemos que en realidad funciona de
forma coordinada con el resto del sistema nervioso. A su vez, el sistema
nervioso autónomo se divide en dos partes: el sistema simpático y el
parasimpático. Casi todas las vísceras reciben fibras nerviosas simpáticas y
parasimpáticas, y estos dos tipos de fibras tienen efectos contrarios: Por
ejemplo, en el corazón el simpático aumenta la frecuencia de los latidos del
corazón, y la fuerza de su contracción, el parasimpático en cambio los reduce.
En los pulmones el parasimpático produce contracción de los bronquios y el
simpático los relaja, y así sucesivamente en casi todas las vísceras.
En las emociones se produce activación del
sistema nervioso autónomo simpático
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Cuando se produce una emoción intensa se produce activación,
primordialmente, del simpático. El simpático produce muchos de los cambios
emocionales que acompañan a las emociones, como el aumento de la frecuencia
cardiaca y de la presión arterial, la sudoración, etc. Además se estimula la
médula suprarrenal, que libera a la sangre la hormona adrenalina. Esta hormona
tiene efectos muy parecidos a los de la activación simpática, y refuerza y
complementa sus efectos. Sin embargo, el simpático no es el único medio que
utiliza el hipotálamo para producir estos cambios. El hipotálamo además
estimula la secreción de glucocorticoides por la corteza suprarrenal, que son
las hormonas que preparan al organismo para sufrir un estrés o agresión.
¿Sabía
que...?
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EL SISTEMA DE RECOMPENSA O “CENTRO DEL PLACER” Y LA ADICCIÓN
 En los años 50, el neurofisiólogo James Olds realizó unos experimentos
con ratas, en los que se les implantaba un electrodo en ciertos lugares del
cerebro. Tras la implantación, cuando el animal estaba recuperado, se
conectaba este electrodo a una palanca, de manera que cuando la rata pulsaba
la palanca recibía una pequeña corriente eléctrica en el cerebro. Se observó
que cuando el electrodo estaba colocado en determinados lugares, la rata pulsaba
la palanca continuamente, hasta incluso dejaba de comer para seguir
pulsándola. Entonces se pensó que la estimulación en estos lugares producía
placer muy intenso, hoy en cambio se piensa que la estimulación no produce
placer, sino que tiende a reforzar el comportamiento que se estaba
produciendo en ese momento, y hace que se repita.
Estos
centros nerviosos forman el llamado sistema de recompensa y el
neurotransmisor fundamental en su funcionamiento es la dopamina.
Este sistema sirve para modelar la conducta del animal de forma adecuada a su
supervivencia. Supongamos que el animal encuentra algo que es beneficioso
para él, como una porción de comida. Entonces se activa el sistema de
recompensa cerebral y se libera dopamina en su cerebro, y eso hace que el
animal tienda a repetir el comportamiento que estaba realizando en ese
momento, y que es el que le ha llevado a encontrar alimento. Cuando se
implanta un electrodo en esos centros nerviosos, cada vez que la rata pulsa
la palanca se activan el sistema de recompensa por la estimulación eléctrica
y se libera dopamina, y la rata tiende a repetir la conducta que realizaba en
ese momento, que era pulsar la palanca, aunque en este caso no le ha
producido nada útil.
Algunas sustancias son capaces de aumentar la actividad de la
dopamina, de forma directa o indirecta. Entre estas sustancias potenciadoras
de la dopamina están los derivados del opio, como la morfina o la heroína,
las anfetaminas y la cocaína, los barbitúricos, el alcohol o la nicotina.
Todas estas sustancias tienen en común que pueden producir adicción. Se
supone que cuando el adicto consume alguna de estas sustancias se activa el
sistema de recompensa, y se refuerza esa conducta de manera que tiende a
repetir la toma de la droga, igual que la rata con los electrodos implantados
tiende a seguir apretando la palanca. Esta teoría explica varios aspectos de
la adicción, por ejemplo, aunque algunas drogas producen una sensación
placentera, esa sensación suele disminuir con el tiempo, en cambio la necesidad
de tomar la droga se hace cada vez más fuerte. A veces, esa necesidad resulta
inexplicable para el propio adicto. Por otro lado, parece que se producen
cambios permanentes en el cerebro, de forma que la tendencia a tomar la droga
no desaparece del todo nunca. Por eso los adictos están toda su vida en
peligro de recaer en la adicción, aunque lleven mucho tiempo sin tener
contacto con la droga.
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bibliografia
http://www.uam.es/personal_pdi/medicina/algvilla/fundamentos/nervioso/emociones.htm
Es notable destacar que En las emociones se produce activación del sistema nervioso autónomo simpático.
ResponderEliminarademas de esto las emoción es un conjunto de cambios corporales y cerebrales por incitación de un estimulo, que se pone de manifiesto a través de gestos faciales, respuestas fisiológicas. se puede decir que hay dos emociones.
Eliminarlas primarias y las secundarias.en las primarias los sistemas que evalúan nuestras conductas son los impulsos e instintos. el estimulo activa a la amígdala se generan las rupturas internas musculares y viserales y el sistema nervioso permite sentir la sensacion el las emociones primarias.
y las emociones secundarias se basa mas que todo en impresiones de imágenes verbales y no verbales que aparecen después. estas utilizan las emociones no primarias y dependen de ellas para expresar su actividad.
SENEIS PADILLA. LAS EMOCIONES, con relación al Sistema Nervioso Central, más específicamente a través del Hipotálamo, que es una estructura del cerebro que cumple una importantísima función en la regulación homeostática del organismo, en el comportamiento sexual y muy específicamente en las emociones, ya que recibe instrucciones directamente del Sistema Límbico del cerebro, que es la zona donde se procesan las emociones.
ResponderEliminarSENEIS PADILLA. Las hormonas son segregadas por medio de la amplísima red de glándulas endocrinas y los órganos, se producen en nuestro interior y controlan muchísimas funciones.
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